
Y es que la suerte no ha dejado de ser un factor determinante en el deporte a motor. Biagio que estaba en excelentes condiciones como piloto para arrancar directo a la bandera a cuadros, sintió con fiereza las inclemencias del destino. No pudo clasificar el sábado por un grave desperfecto que presentó su carro rojo, Nº 41 y a pesar de que a última hora se desplegaron esfuerzos suprahumanos, su vehículo no dio la talla en las pistas de Turagua.
Sin embargo, la fanaticada que observó la impotencia de una máquina que lo relegó a la última posición, supo acompañar emocionalmente a este talentoso piloto, quien transformó este impacto desafortunado en una lección del deporte.
Al concluir, este joven piloto con madurez, supo darle frente a la adversidad y explicó al detalle el impasse. A pesar de todo, se mantuvo en la pista, indicando el respeto que se merece cada volante de seguir en la pelea, independientemente de lo que esté sucediendo.
Al regreso, sus fans lo aplaudieron de igual forma, porque el espíritu, el ideal de ser piloto se lleva adentro. Y Biagio Bulnes tiene en su poder, corazón y mente, un futuro de éxito en el mundo de la velocidad.
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