
Hamilton, que ya consiguió la victoria en Australia, ha recuperado el liderato del Mundial, después de una carrera en la que se vieron dos cosas: su buen pilotaje y que la suerte está de su lado. En en Gran Premio de Mónaco jugó siempre a su favor. Se pudo ver después de su accidente en la sexta vuelta al chocar contra las barreras de protección, cuando era segundo a 3 segundos de Massa. Se incorporó quinto, a cuarenta segundos del brasileño. Todo parecía perdido cuando llegó el golpe de suerte: La carrera se para por el accidente de Coulthard-Bourdais y Lewis reduce su ventaja con Massa a seis segundos.
Además, antes se había deshecho de Alonso, que se golpeó con las barreras y destrozó una rueda de su R-28. Y para que la suerte fuera completa, Kimi Raikkonen fue sancionado con un stop and go por no tener las ruedas completamente montadas tres minutos antes de la salida (después tendría dos accidentes más y se quedaría fuera de los puntos). Todo esto, sumado a una gran estrategia del equipo en las paradas, sobretodo en la primera, posibilitó la primera victoria del inglés en el Principado.